Síndrome de Bardet-Biedl

El síndrome de Bardet-Biedl (BBS) está caracterizado por una combinación de síntomas clínicos, Es un trastorno que provoca una disfunción de múltiples sistemas de órganos, incluidos los riñones, los genitales, el cerebro y los ojos.

La característica general más comúnmente exhibida entre los pacientes con BBS es una distrofia de cono-bastón de la retina.

Genética y prevalencia

Como el BBS es un trastorno autosómico recesivo, los pacientes pueden tener o no antecedentes familiares de BBS. Ambos padres de un niño afectado deben ser portadores de un alelo recesivo para que su hijo herede dos alelos patógenos. La consanguinidad aumenta el riesgo de heredar dos copias de un gen recesivo.

Se han implicado 21 genes en BBS (BBS1-BBS21. El gen mutado con más frecuencia es BBS1 (23% de los casos) seguido de BBS10 (15%) y BBS2 (10%).

El reconocimiento del cuadro clínico es importante, ya que el diagnóstico puede confirmarse con análisis molecular, permitiendo el consejo genético apropiado para los miembros de la familia y el posible diagnóstico prenatal.

La BBS es oficialmente una «enfermedad rara» que afecta aproximadamente a 1 de cada 250.000 personas en todo el mundo. Según las tendencias de la población general, es probable que haya alrededor de 3000 personas en los Estados Unidos y Canadá que viven con BBS. El BBS es más común en algunas áreas del mundo, incluida Terranova (Canadá) y en el Medio Oriente (entre las poblaciones beduinas).
Su prevalencia en Europa está estimada entre 1/125.000 y 1/175.000.

Sintomatología y evolución

Los pacientes pueden presentar una amplia variedad de síntomas, acordes con la patología multisistémica involucrada en el BBS. El BBS es la segunda causa más común de Retinosis Pigmentaria sindrómica después del síndrome de Usher. La disfunción visual puede ocurrir durante la primera década de la vida, y la nictalopía es a menudo el síntoma que lleva a los pacientes no diagnosticados a la atención médica. La degeneración del bastón-cono suele dar lugar a ceguera nocturna y reducción del campo visual seguida de pérdida de la agudeza visual y la visión del color, pero esta evolución varía entre los individuos. La ceguera legal generalmente se desarrolla en la segunda o tercera década de la vida.

Procedimientos de diagnóstico

El rendimiento diagnóstico de encontrar una mutación causal conocida en un paciente diagnosticado con BBS es aproximadamente del 80%. Dada la heterogeneidad genética de BBS, las pruebas deben realizarse mediante un panel mutagénico o un enfoque de secuenciación del exoma.

En cuanto a pacientes con BBS se suelen manifestar las siguientes características primarias:

Degeneración de la retina, obesidad troncal, deterioro cognitivo, polidactilia poxtalxial, hipogonadismo y anomalías renales.

Mientras que si hablamos de afectación de las funciones secundarias hacemos referencia a las siguientes:

Retraso del habla, retraso en el desarrollo, diabetes mellitus, anomalías orodentales, anomalías cardiovasculares, branquidactilia / sindactilia, ataxia / mala coordinación y anosmia / hiposmia.

En el examen del fondo de ojo típicamente muestra degeneración pigmentaria con atrofia macular temprana y atenuación vascular. Los cambios pigmentarios se describen con mayor frecuencia como manchas de pigmento sin morfología de espículas óseas. Aproximadamente el 10% de los pacientes tienen nistagmo. Otros hallazgos oculares pueden incluir estrabismo, cataratas y astigmatismo. Los pacientes con mutaciones en BBS1 tienden a tener un fenotipo más leve, incluida una mejor función retiniana y menos obesidad, que los pacientes con mutaciones en otros genes de BBS.

Curiosamente, los niños con BBS generalmente tienen un peso normal al nacer y aumentan de peso rápidamente en la primera infancia. La obesidad precoz antes de los 6 años de edad es atípica de la obesidad infantil y debe suscitar sospechas considerables de obesidad sindrómica.

Tratamiento general y ensayos clínicos

Actualmente no existe una terapia para tratar la causa de BBS, pero se requiere atención multidisciplinaria para tratar las manifestaciones de la enfermedad.

La disfunción visual es a menudo significativa en BBS. La evaluación oftalmológica inicial en niños debe incluir la evaluación de estrabismo, nistagmo y disminución de la agudeza visual, y si el paciente es lo suficientemente maduro, electrorretinografía y pruebas de campo visual.

Los pacientes deben ser remitidos a los servicios de baja visión según se indique. Se recomienda un seguimiento anual o más frecuente con un oftalmólogo.

Actualmente no hay ensayos clínicos que evalúen terapias para la disfunción visual en BBS. Sin embargo, la terapia génica para la distrofia retiniana en BBS se está desarrollando actualmente en modelos animales. Estos ensayos se dividen en tres categorías: La terapia con células madre, la terapia génica y la terapia supresora.

 

Fuentes de información