«La solución va a venir de una combinación de distintas terapias agnósticas a la mutación»

“Hay muchas líneas de investigación en paralelo. Hay un intento de aceleración de las vías prometedoras para que lleguen a la clinica de forma rápida” en el campo de las terapias génicas para las distrofias hereditarias de retina (DHR).  Así se expresó en el marco de la XXIV Jornada de Ayudas a la Investigación FARPE-FUNDALUCE 2022 la Dra. Ana Méndez Zunzunegui, Profesora Agregada Serra Hunter, del Departamento de Ciencias Fisiológicas del Campus de la Salut de Bellvitge, Univarsitat de Barcelona.  La Dra. Méndez afirmó que “está habiendo un boom de terapias génicas personalizadas para unos pocos contextos genéticos. Y también hay un esfuerzo muy grande en alentar las investigaciones que diseñen estrategias panterapéuticas (agnósticas a la mutación), que promuevan la viabilidad de la supervivencia de bastones y conos independientemente del gen mutado”.   La doctora apuntó que es difícil encontrar una terapia universal pero que su laboratorio trabaja con el objetivo de agrupar genes distintos con mecanismos parecidos que llevan a la muerte neuronal.

La Dra. Ana Méndez Zunzunegui, junto a la Dra. Alicia Rodríguez Gascón, han sido las ganadoras de la Ayuda a la Investigación de Fundaluce 2021.  Su proyecto se titula «Desarrollo de una nueva estrategia terapéutica para Retinosis Pigmentaria tipo 10 (RP10) y para los desórdenes del GMP cíclico». En él se estudian las primeras fases de la visión, cómo se organiza la respuesta de las células fotorreceptoras a la luz (o a su ausencia), y cómo las mutaciones en este proceso conducen a los distintos tipos de ceguera hereditaria.  Durante el acto se destacó el alto nivel de los proyectos presentados a esta convocatoria de ayudas a la investigación sobre posibles estrategias terapéuticas concretas en el campo de las DHR.

La Dra. Méndez detalló el proceso que, según su hipótesis, lleva a la RP10.  Según ella, las moléculas del GMP cíclico son relevantes en las primeras fases de la visión y sus valores deben mantenerse en cierto equilibrio. Si estos valores son muy altos, debido a una mutación, serían tóxicos y podrían acelerar la muerte neuronal. En opinión de la doctora, actuando sobre la enzima IMPDH1 se podría evitar ese aumento dañino del GMP cíclico. 

El proyecto de investigación incluye establecer un modelo de ratón de la RP10 para conocer los mecanismos que llevan a la muerte neuronal.  En caso de éxito, se estudia una terapia génica basada en nanotecnología que explicó la Dra. Alicia Rodríguez Gascón, Catedrática de Farmacia de la Universidad del País Vasco en Vitoria-Gasteiz. “La terapia génica puede ir, en este caso, a inhibir la expresión de una proteína, a silenciar la formación de IMPDH1”.  La doctora subrayó que las nanopartículas Lippidicas son fáciles de producir, son biodegradables, se pueden esterilizar y son relativamente baratas. Una vez probada su eficacia y seguridad in Vitro, se probaría con animales.  La doctora Ana Méndez Zunzunegui aspira a que esta investigación obtenga resultados preclínicos en los próxmos dos años en el caso de la RP10, dejando la puerta abierta a estudiar más adelante el impacto de su hipótesis sobre otros casos.

Sobre el premio Fundaluce 2020

En el mismo acto intervino el Dr. José María Millán Salvador, Investigador Principal del grupo de Biomedicina Molecular, Celular y Genómica del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe de Valencia y de la Unidad U755 del CIBER de enfermedades raras.  El Dr. Millán expuso el trabajo reconocido con el primer premio Fundaluce 2020 de Ayudas a Investigación, titulado “Aproximación terapéutica para las DHR basada en ubiquibodies de camélidos”.  Dicho proyecto se centra en el gen CRX, algunas mutaciones del cual producen retinosis pigmentaria y distrofia de conos.  El objetivo de la investigación es eliminar del entorno celular proteínas mutantes tóxicas para los fotoreceptores.  El método consiste en introducir anticuerpos modificados en laboratorio para que reconozcan y etiqueten la proteína mutante antes de que un orgánulo identifique y destruya la proteína etiquetada.

Al iniciarse, el objetivo del proyecto era construir la proteína, tanto la normal como la mutante, para que sirvan de cebo, y conseguir los nanocuerpos que puedan distinguir la mutante de la normal. En relación a esos nanocuerpos, el Dr. Millán pronostica que les podrían llegar en breve, en la primavera del 2023.  En caso de obtener los resultados esperados, podrían pasar a la investigación con ratones.  “Empezamos con esto porque es más fácil, pero es aplicable a la rodoxina, principal responsable en el mundo entero de retinosis pigmentaria autosómicas dominantes”, afirmó el Dr. Millán, que tambien especificó que habría de estudiarse, llegado el caso, cada variante de rodoxina.

Hay que apuntar que estas conferencias fueron sobre terapias génicas que son aplicables a pacientes con mayor conservación en buen estado de conos y bastones.  En relación a las personas con una visión más deteriorada, el Dr. Millán ha comentado algunos estudios en relación a terapias con células madre que, hasta ahora, no han dado resultados prometedores.

El acto se celebró el pasado 2 de diciembre de 2022 en la Sala de Conferencias de la sexta planta del edificio de la D.T. Catalunya de la ONCE, y se pudo acceder a él en formato mixto, presencial y telemáticamente. El final del evento se vio alterado por un ataque informático.

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